domingo, 17 de junio de 2012

Porque la vida es una fiesta, o eso parece.

Nunca he sido muy entusiasta de las celebraciones y mucho menos, las que hacen volcar las masas en búsqueda del regalo perfecto para agraciar a los recordados: esos llamados "El Día de *" . Pero antes de proseguir, quiero asegurarles que no se trata de otro escrito impregnado de odio o aversión ante los días donde damos preferencia a una u otra cosa sino, más bien, una pequeña reflexión de uno de los fenómenos sociales más peculiares, a mi parecer, de la sociedad moderna.
Me remitiré a los hechos.

El origen.


Desconozco cual fue el primer "día de" celebrado, donde y que conmemoraba, si se trataba de un día patrio; bien sea la conmemoración de un acontecimiento de carácter nacional o la exaltación de un personaje re renombre, el festejo de una ocasión en particular, llámese navidad; carnavales; semana santa o aún el primer cumpleaños celebrado. En cuanto a la selección del día o días, podríamos decir que muchos guardan relación directa con la fecha de un acontecimiento histórico, otras coinciden con un calendario religioso o mitológico y el restante, instituidas de forma casi casual o arbitraria. Ahora, ¿por qué se celebra? Es de mi interés tratar de vislumbrar el posible origen de esa costumbre, de esa hoy en día casi necesidad de celebrarlo todo.

La noción de celebración. 


Evidentemente, se trata de una de las tantas tradiciones heredadas culturalmente: los griegos fueron los precursores en el festejo a la madre Rea, la iglesia determinó los momentos sacros para su culto, la historia nos da sus momentos emblemáticos (y el Estado según su conveniencia los formaliza) pero lo realmente interesante del meollo que nos envuelve es ese casi sentido de pertenencia con que abrazamos todas estas conmemoraciones sin siquiera tratar de entrever cual es su causa y su finalidad real, y en muchos casos, cayendo en el absurdo. Por citar un ejemplo:

En la actualidad, conmemoramos el 1º de Mayo como el día del trabajador; vemos como en las empresas -públicas o privadas- "honran" a sus trabajadores y como los trabajadores, por su lado, se sienten agasajados. Esto es un total sin sentido si se recuerda que este día conmemora, precisamente, la lucha reivindicativa por los derechos de los trabajadores llevada a cabo por sindicalistas anarquistas de Chicago, quienes fueron ejecutados por las mismas instituciones que hoy en día  homenajean a los trabajadores.
Es decir, ser homenajeados por aquellos mismos que nos oprimen.

Tampoco olvidemos las tan discutidas características de algunas conmemoraciones: son fechas donde el comercio busca obtener toda la ganancia posible mientras muchos corren desesperados a gastar la quincena, lo superficial de conmemorar algo solo por un día, el seguir un calendario impuesto dejando a un lado la espontaneidad y creatividad individuales, entre otras. Entonces, si en tanto desconocemos, ¿no celebramos por celebrar? Es ésta la pobre interpretación que damos a aquellas festividades que, cargadas de significado y valor, rememoraban nuestros antepasados?

Hoy te recuerdo, mañana te olvido.


Estamos tan absortos en la rutina y a la vez tan condicionados que se hace necesario algún patrón social (¡Y ay de aquellos que no lo sigan!) para evocar aquellas cosas que nunca debieran ser olvidadas, para saldar la cuota y poder continuar en nuestro ensimismamiento. Hoy, 17 de junio se conmemora el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, día en el año 1994 donde:

"Se invitó a todos los Estados a que dedicaran el Día Mundial a sensibilizar a la opinión pública respecto de la necesidad de cooperar en el plano internacional para luchar contra la desertificación y los efectos de la sequía y de aplicar la Convención de Lucha contra la Desertificación"

Es decir, mientras nos limitamos a ser sensibilizados, por su parte los sensibilizadores siguen pactando acuerdos y sobreexplotando lo que por un día recordamos o nos ocupamos de defender. 
...Y otros  casos no se alejan de esta realidad. 

Deprimente es ver el Calendario Anual de los Eventos y Días Internacionales de las Naciones Unidas, porque es, no solo un indicador de nuestra deplorable condición en cuanto a lo que entendemos por compromiso social sino también un reflejo de que no son suficientes las soluciones reformistas, sino veamos, de todas las resoluciones y decretos de la UN, ¿cuántos se cumplen y han surtido verdadero efecto? Celebrar el día del árbol no evita la deforestación, celebrar la lucha contra la desertificación no impide el abuso de los suelos.



Así que la próxima vez que se disponga a celebrar algo pregúntese no sólo el el significado e historia del día en cuestión sino; que es lo que hace necesaria su celebración, y verá, no sin cierta preocupación, otro reflejo de nuestra condición. (rima no intencionada)
Pero eso si, ¡ hoy no olvide celebrar el día del Padre!

En un día como hoy:
-Murió asesinado, se presume que era el mismo día que salía de su ultima detención, el secretario de la CNT: Evelio Boal.
- Hace 22 años, vine a este paraíso celestial .


(*) Inserte aquí la celebración de su preferencia


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