Ésta es la historia de una chica corriente con un problema corriente. Un problema, que aún corriente, descorrientaba el río de sangre que bombea su corazón. Si señores, se trata de un problema de amor.
Era una chica incomprendida que buscaba comprensión.
Sola, se buscaba en otras soledades. Soledades que la acompañaron, soledades que le brindaron comprensión, se sabe de amigos y amigas, que buscando ayudarla hicieron cosas maravillosas de apariencia nimia tales como escucharla. Y si, ella confió. Confió en aquellos que creía sus amigos, aquellos que con risas, abrazos y cariño; felicidad brindaron a su turbio corazón. Todos artificios, todos artilúgios.
Pronto se enteró de la traición. Amarga, dolorosa, inesperada.
El desenlace nos indica que la chica fue tonta, muy ingenua, quizás inocente. Pero ¿cómo esperar que aquellas soledades traicionacen el preciado don de la amistad, ese al que llamamos confianza? Confianza, en nombre de quien nos permitimos vaciar en otros aquello que desgarra el alma, esperando un minimo de intimidad, de respeto, un pacto concertado que se cree presupuesto, todo bajo el escudo de la amistad.
Ya no confía, siente miedo. Ve en esos sus semejantes, sus camaradas, sus amigos; a completos ajenos... extraños. Sin embargo quiere confiar, quiere que lo presupuesto sea cierto: que en este mundo se pueda confiar.
La chica quien siempre todo lo dijo a pesar de causar dolor a el más preciado, nunca podría imaginar que esos, sus amigos, fueran a otros con rumores e intrigas, a vaciar en otros lo que ella una vez vacio, a hurtar sus palabras, ponerlas en sus bocas y reproducir las conversaciones entre dos.
Contrariamente a lo que se puede esperar no esta molesta por lo dicho (siempre y cuando sea cierto) pues poco o nada teme de las opiniones de los otros (que también la quieren, que también son sus amigos) pero se duele, se decepciona, de esos, sus confidentes...sus amigos.
No.
Ya no confía.
Quiere pero no confía.
Si se desconfía de los próximos, ¿en quien se puede confiar?
Y esto señores es parte de vivir en sociedad...
Ilustración: Louis Moe.
la confianza, cuando dices que tu misma cambias? al quien confiarle cuando progresas bajo la existente experiencia? por otro lado, nosotros, todos, buscamos algo que hacer entre lo aceptado o lo no, por lo mismo nos golpea la realidad, pero esta ahi para crecer. para sobrevivir y luego, en union, solidaridad, vivir, vivir en esa utopia que buscamos. pero eso pasa, el escrito que escribiste, cuando tienes muchas expectativas, lo contrario seria sabiduria por medio de la experiencia, la expectativa es la vision perfecta que uno busca narcisamente ante los demas.
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